La columna de Ana Mª Bayot

LENGUAJE Y HABLA, OIGA USTED

Existen y son, coexisten y habitan, lenguajes y hablas, oiga usted. Y acentos, gestos, ademanes, expresiones y particularidades idiomáticas. A veces no es necesario decir nada para hacerse entender. Nuestra cultura es tan variada, grandilocuente y expresiva, que podríamos expresar todo aquello que deseamos o tenemos intención de hacer o de decir, sin necesidad de articular palabra. No articulo palabra pero plasmo en mi artículo mis reflexiones, que no siempre tienen que ser coincidentes con las de ustedes. Faltaría más.

Pero hoy he respirado tranquila y sin tensión, por fin. Y por fin como digo, se monta la Oficina del Español creada ex profeso para Toni, el protegido; oiga usted. Que solamente la Espe no va a ser. Es un activo para exportar… La oficina unipersonal que hacía falta, como el vivir. Con un par ¡Pues claro, hombre! ¿No ve usted que antes no la había?¿Qué cree usted que es la Real Academia Española de la Lengua? Pues se lo digo: una pseudomona de Pascua; oiga usted. Nada de nada; un chiringuito. Paparruchas. Milongas. Tenderetes. Baratijas. Mamandurrias. Miro de reojo a mi barman favorito y le pido un chupito con ademán irreverente. Qué bonito ese gesto de tirar por los aires el puestito del para nada me sirve, que nos acarrea un gasto 75.000 € anuales. No existe fundamentación objetiva, funcional y razonable, para crear ese puesto; incluso un magistrado de prestigio asevera, que la presi de Madrid, podría estar incurriendo en un delito de malversación de caudales públicos. Vergonya, diría mi abuela. Ni más ni menos. Sócrates ya ponía en guardia a sus discípulos con la pica del florete apuntando en pleno pulmón, en contra de la tiranía de unos gobernantes irreverentes y zafios, cegados por su apasionamiento, además de por su ignorancia. Tomemos pues ejemplo, de los antiguos sabios, para enmendar futuros errores; y tranquilos, que todavía estaremos a tiempo. Deberemos desaprender los vicios, oiga usted. Y no pienso decir coño porque me atañe personalmente; amén de que las eñes me causan tanta desazón como migraña y considero que ya he abusado lo suficiente con cuatro consecutivas.

Amenazaba con dejarse caer esa noche con otra de esas de calor tropical, que tanto me angustiaban. Me sigue fascinando la trama corrupta del tipo ese de las marionetas. Utilizar a tus muñecos como portavoces, y a tus trabajadores como muñecos, no está bien, señor Moreno; titulado en alcahuete de presunto dinero negro. Con tres millones de nada, lo resolvemos. Es lo mínimo que vemos, que queda a flote. Como la mierda. Como los plásticos. Veremos cuál de los apenas mencionados, se desintegra antes. Qué tontería acabo de decir. Quíteme usted allá todas esas pajas; que de las otras ya se encargará mi menda, cuando proceda. Mantengan a raya el matorral como hace el ganado vacuno, lanar y caprino; que sosegado apacienta. Comprobado científicamente, que la basura se queda flotando como una maldición bíblica. Y como los excrementos, oiga usted.

El PP presenta nueve recursos contra los indultos -Todos desestimados-, y el presi de la nación afirma, contundente, que no habrá referéndum. Veremos. La cosa está que arde como los templos en Canadá, y como en los montes del Poble Sec que andan a machetazo limpio. Y entre bromas y veras, entra en vigor el Pasaporte Covid. Nos falta aprobar lo del fraude fiscal, oiga usted. No se duerman en los laureles, que entre pillos anda el juego.

Los divertículos del Papa progresan adecuadamente. La Junta decide cerrar perimetralmente Malpartida y no me extraña, con ese nombre. Delibero conmigo misma en si dicho enunciado, habrá tenido algo que ver.

Elsa no para de atravesar países sin pedir que abran barreras. La Graciosa, graciosa donde las haya, ya tiene a todos sus habitantes vacunados. Y Marie le Pen mira con ojos de codicia el asiento de presidencia de la nación gala, sin la bendición de su padre. De cuando los burriciegos trompetean, algo me suena. Frase de Rosa Montero; oiga usted, a quien admiro desde siempre. Se prohíbe plantar eucaliptus; oiga usted. Háganme caso. O le amenazo con la maldición diabólica, de sufrir el síndrome de Stendhal. Avisado queda.

Los edificios enferman. Prueba de ello es que se vienen abajo o los tienen que derribar. Miami se hunde.

Y mientras declara Villarejo, veo a lo lejos a Casado haciéndose la picha un lío, en su entelequia discursiva y tildando a Sánchez como hombre de paja del separatismo. Tres recambios de pilas llevo, para grabar todas las imbecilidades. El asunto de las pensiones no es un mal menor. Y la OMS está preocupada por el repunte de los contagios. Y yo también. Y, sin apenas darme cuenta, explota, explota… mi corazón.

Pero centrémonos en lo que manifesté al principio. En el habla, en el decir, en el manifestar sin pancarta, sin símbolos de santos, sin cruces iluminadas, sin coronas de hojalata, sin figuras acicaladas, sin bastón de plata. Y ¿Qué queda entonces? Más de lo que piensa usted y a buen precio; véase: esperanza, paz, sosiego, salud, amor, sueños, despertares, y un largo etcétera que no cuesta, apenas nada. Y lenguaje y habla, oiga usted. Las cosas se consiguen negociando. En eso consiste el buen hacer de un verdadero estratega de la palabra.

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